pEDUCACION

nAgradecidimientoa las EFAS N

***Alejandro Villar González

***Córdoba

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Durante dos años he sido alumno del Instituto de Escuelas Familiares Agrarias (EFA) Torrealba con la esperanza de poder conseguir lo que muchos me negaron o no creyeron que fue posible, que un alumno con dislexia fuera universitario.

Fueron dos años inolvidables de mi vida pero no porque fuesen los más agradables sino por su dureza y por el esfuerzo que tuve que hacer debido a la dificultad del nivel de bachillerato que se aumentó con mi problema. (Solo las personas que han pasado o tenido una experiencia similar se pueden hacer una idea de lo molesto y depresivo que puede llegar a ser).

Sin embargo, pese a que todo fue difícil tuve la gran suerte de contar con un fantástico equipio de profesorado del cual quiero agradecer especialmete a mi tutor, don José Luis Mudarra Perales, por su apoyo personal en todo momento, y a otros profesores como don Francisco Fernández, don Roberto Marín, don Manuel Gómez, don Juan Antonio Griado y don Juan Antonio Jiménez, por su especial comprensión y profesionalidad.

Por otro lado, también me gustaría agradecer a mis logopedas María Jesús de Luque, Ana María Carmona Castejón, a mis profesores particulares Juan Carlos Sánchez Casares (ingeniero Informático, profesor de Matemáticas) y Francisco Jiménez (licenciado en Filología Inglesa, profesor de inglés).

Desde las páginas de este periódico, me gustaría darles a todos ellos muchas gracias de corazón por ayudarme a alcanzar mi sueño.

A día de hoy, soy alumno de la Universidad de Málaga en la Facultad de Filosofía y Letras en la titulación graduado en Geografía y gestión del Territorio, y en buena medida se lo debo a ese centro y, especial, a ellos.

pPOLITICA

nLa llamadatercera vía N

***J.S. Gómez Moreno

***Córdoba

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La tercera vía se ha dado en llamar la propuesta federalista de algunos partidos políticos de la izquierda y sectores de la intelectualidad progresista respecto a nuestra forma de Estado. Dicha vía consiste en convertir, mediante una reforma constitucional, espero, nuesta nación en un Estado federal. Quienes defienden ésta posición, a mi entender, o bien están equivocados, o bien son unos ilusos o lo que es peor saben de la perversidad de la propuesta y sus consecuencias últimas. De hecho, muchos de ellos evitan por todos los medios decir España y recurren a expresiones como"este país" o el "estado español". El Estado federal, a priori, parecería una salida posible, quizás la menos mala, al grave ataque a la unidad de España que, desde Cataluña, por ahora únicamente, se lleva a cabo. Pero los españoles estamos ya advertidos de la insaciabilidad de los nacionalistas catalanes en éste caso y sabemos que el Estado federal no sería, ni más ni menos que una antesala de la independencia.

El concederle a un territorio de España la condición de Estado miembro de un Estado "superior" conllevaría aumentar aún más si cabe sus competencias. Hasta tal punto llegaría la situación que, posiblemente, el único nexo de unión con el resto de España sería el tener un Jefe de Estado común, en este caso Su Majestad el Rey, y una bandera común y quizás, con un poco de suerte, el principio de solidaridad interterritorial. Las escasas competencias del Rey, aún más menguadas con la reforma constitucional, previsiblemente y el incumplimiento reiterado en País Vasco y Cataluña de la ley de banderas menguarían aún más los dos primeos nexos de unión siendo cuestión de un simple tijeretazo el tercero. De éste escenario a la independencia sólo habría un pequeño paso. ¿O es que todavía hay alguien que lo dude? Un amigo tenía un chalet en el que vivía con su esposa y su hijo. El chico entraba y salía a su antojo, no le faltaba de nada. Pero llegó un momento en que quiso tener más privacidad, más autonomía. Propuso mudarse a la casita de invitados que había junto a la piscina en una esquina de la parcela. Allí, pensaba él , tendría todas las ventajas del chalet pero con bastantes menos responsabilidades. Los padres accedieron porque, al menos, el niño seguiría con ellos. Pero un día al muy listo se le ocurrió una idea: ¿y si tapio la puerta que me une al chalet y abro otra por la calle de atrás? Ahí queda eso.