Cuando nos encontramos inmersos en un proceso de confluencia social y política de ciudadanos y ciudadanas y de muchas organizaciones políticas y sociales en las grandes ciudades del Estado español, aparecen encuestas que pronostican una subida espectacular del partido de Pablo Iglesias, Podemos.

Si echamos la vista atrás, esas mismas encuestas erraron de forma significativa en las elecciones europeas ya que, por aquel entonces, le adjudicaban al partido de Iglesias un diputado al Parlamento Europeo, y el resultado real fue de cinco. Se decía también en esas encuestas que IU podría llegar a nueve euro-parlamentarios y al final se quedó en seis.

Estamos acostumbrados a que los poderes mediáticos y económicos de nuestro país manipulen la información de forma significativa y descarada en pro de sus objetivos e intereses propios. En las elecciones al Parlamento Europeo, las mencionadas encuestas tuvieron un peso muy significativo que impidió que Izquierda Unida, la fuerza más importante en ese proceso de confluencia que se estaba gestando desde la base, valorara suficientemente a Podemos y se decantase por no aliarse con este grupo. En aquel momento, IU consideró asumible el riesgo que suponía Podemos según las encuestas. Sin embargo, una vez vista la realidad que deparó las urnas, se pudo comprobar el grave error cometido por los dirigentes de Izquierda Unida.

Ahora nos podemos encontrar en una situación similar, solo que al revés. IU quiere una confluencia social y política con la mayoría de las organizaciones políticas y sociales, alternativas al bipartito (PP-PSOE), incluida la de Pablo Iglesias. Sin embargo, el anuncio de la subida imparable de Podemos en las encuestas puede estar provocando que en una parte importante de su incipiente militancia anide la idea de que no es necesaria la confluencia, ya que ellos, por sí mismos, pueden creerse capaces de doblegar al poder establecido.

No hay mayor error en política que la soberbia y la falta de humildad. Eso suele llevarnos a no saber medir cuáles son tus fuerzas reales y las del adversario. Uno de los objetivos, muy importante, de las clases dirigentes que nos gobiernan, es dividir a sus potenciales adversarios, ya que de esta manera su estatus de privilegio corre mucho menos peligro. Por ello, es imprescindible que la ciudadanía establezca sus exigencias básicas y de forma solidaria trabaje para conseguirlas.

Me consta que los dirigentes estatales de Podemos siempre estuvieron dispuestos a confluir con otras fuerzas políticas y sociales. Pero ahora tengo mis dudas de cuál será el comportamiento de la afiliación en los círculos de este grupo, ya que conforman una mezcla muy heterogénea y el resultado final es difícil de predecir.

Esta reflexión pretende avisar de la influencia que puedan estar teniendo las estrategias de los poderes económicos y mediáticos de nuestro país sobre los ciudadanos y ciudadanas. La vida pública está llena de cantos de sirena y en nuestras manos está superar estas músicas celestiales y avanzar en el camino cierto de la unidad y la síntesis, para poder ser una alternativa real, con fuerza suficiente para plantarle cara al poder económico y mediático de este país. No dejemos que su yugo siga sobre nuestras cabezas.

* Diplomado en Ciencias Empresariales