Movilidad sostenible para una calle mejor. Las ciudades españolas sacan un notable en calidad de vida. Así lo acredita una encuesta europea que incluye al medio ambiente y a la relación con el espacio urbano como uno de los factores decisivos que contribuyen a esta calificación. En efecto, una calle mejor en la que el transporte y la ciudadanía se integren de un modo sostenible debe ser una elección para construir una red de ciudades que favorezcan la movilidad.

En la actualidad, el sector del transporte representa casi el 40% del consumo final de energía en España, lo que supone más de un cuarto de las emisiones totales de CO2 a la atmósfera y un desperdicio energético con consecuencias directas en el medio ambiente y en la salud, y con una traslación directa en el plano económico.

Ante estos hechos, y favorecida por el contexto social del país y por las formas de vida de los propios ciudadanos, la movilidad inteligente vive una incipiente revolución: la crisis económica, la búsqueda de hábitos saludables y el compromiso con el medio ambiente son el germen de los nuevos sistemas de transporte sostenibles. Se trata de sistemas de ahorro y compartición que aúnan dos conceptos fundamentales como son la innovación y la sostenibilidad y que dan una vuelta de tuerca, ya no solo al sentido de propiedad, sino también a los sistemas de alquileres tradicionales y a la gestión del tiempo.

Por este motivo, desde las instituciones y entidades privadas se afanan en fomentar este tipo de iniciativas que potencian el uso de la bicicleta y de los automóviles eléctricos en nuestras ciudades y que culminan con la Semana de la Movilidad. De hecho, España es el país de la Unión Europea con más ayuntamientos participantes en la cita, representando a 17 millones de ciudadanos, y comprometidos a mantener en el tiempo las acciones relacionadas más allá de la semana.

De continuar en la misma línea, el uso diario de estos vehículos en el espacio urbano, junto a las prácticas de carsharing y Motit potenciadas por Goinggreen y los sistemas de aparcamiento inteligente o Fastpark ideados por Worldsensing, reducirían las emisiones de gases nocivos a la atmósfera en más de un cuarto del total y generarían un aire más limpio, con consecuencias positivas para la calle y, por ende, para la relación entre el uso del suelo y la calidad de vida del ciudadano.

Una relación de la que puede dar fe ya más del 7% de la población, alrededor de unos 3 millones de personas que pedalean a diario y que han comprobado que en los desplazamientos no superiores a 6 kilómetros se impone la bicicleta como medio más rápido, reduciendo los 40 minutos que los españoles pasamos de media en los atascos y en encontrar aparcamiento.

También aquellos que se han sumado a los sistemas de compartir vehículo han probado las ventajas que supone esta iniciativa, ya que permite flexibilizar la movilidad al máximo seleccionando los lugares de recogida y devolución y percibiendo un considerable ahorro económico al estar incluidos los gastos de seguro, mantenimiento y garaje. A esta reducción de costes se suma la oferta de una flota cuyo funcionamiento se realiza a partir de energía eléctrica, lo que contribuye a un ahorro de combustible de casi 5.000 euros por cada 50.000 kilómetros recorridos.

En definitiva, se trata de sistemas de movilidad sostenible que disminuirían el volumen del tráfico en más de un 6%, instaurando un nuevo concepto para recorrer la ciudad de una forma más rápida, más barata y más limpia. Y es que, a pesar del notable en calidad de vida, España sigue siendo el segundo país del mundo, sólo por detrás de Japón, en contaminación acústica, y el cielo de nuestros núcleos urbanos supera en ocasiones el límite legal de polución, con las consecuencias para la salud que ello conlleva. Por eso, hacer de la calle una calle mejor, debe ser la elección que puede llevar a las ciudades españolas a acabar este curso que acaba de empezar con un sobresaliente.

* Directora de relaciones institucionales de la Fundación J.M. Entrecanales