Hoy, la Casa de Jaén en Córdoba celebra su primer aniversario con la inauguración de su nueva sede en la calle Realejo, 10. Muchos lectores desconocerán que el 11 de enero de 1950 unos jiennenses de la aldea de Bujaraiza, en la Sierra de Segura, llegaron al paraje donde posteriormente se construiría el poblado de colonización de El Calonge, en el municipio de Palma de Río, en la provincia de Córdoba. Fueron 41 familias, en aquellos tiempos, supernumerosas. Tuvieron que abandonar la aldea porque las aguas del Pantano del Tranco inundarían sus tierras. De esta forma tan brutal fue como conocieron lo que para otros territorios era el progreso. Mientras tanto, a Bujaraiza se accedía por camino de herradura, la electricidad para ellos debería ser cosa de magia y carecían de cualesquiera otras mínimas comodidades que hoy no alcanzamos a imaginar la vida sin ellas. Sólo tenían la sierra que prácticamente les proporcionaba casi todo lo que necesitaban para una vida pobre, pero hermosa.

Bajo las aguas del Pantano del Tranco dejaron sus tesoros del alma, los recuerdos del corazón, las añoranzas de los amaneceres, el avance del sol por el Este, por las cumbres de Pontones, a la altura de Bujarcaiz, el Valle del Guadalquivir, sus fértiles huertas, sus rebaños, una sierra viva, el paraíso del agua.... Hasta sus muertos quedaron bajo el agua en el cementerio viejo y el nuevo, actualmente acosado por la maleza y los jabalíes.

Desde el paraíso de Bujaraiza, llegaron a las ricas vegas de Palma del Río, donde tuvieron que acostumbrar sus ojos al nuevo paisaje, tuvieron que aprender a cultivar lo que siempre cultivaron pero con otro sol, otras humedades y otros tiempos de maduración. Algunos no pudieron o no quisieron acostumbrarse y abandonaron El Calonge, consumidos por la pena. Los que llegaron de niños se adaptaron y, como todo el país, progresaron. Los que llegaron ya mayores nunca olvidaron su lugar de origen, como el padre de Jacinto , que ya con muchos años y postrado en el lecho mantine claros, como el agua que dejó atrás hace muchos años, sus recuerdos de Bujaraiza, de la Sierra de Segura. Igual que Santiago de la Rosa , del Molino de Parrates, y su mujer Francisca , hija de Fernando , el herrero de Bujaraiza, o Alejandra Jiménez , hija de Victoriano , de Las Malezas, y otros como ellos que tienen los tesoros de su Bujaraiza natal escondidos en su corazón. Y debieron transmitirlo muy bien a las generaciones posteriores, pues a todos los que he conocido hablan con la misma pasión de la tierra de sus antepasados.

Hoy los jiennenses de la Casa de Jaén en Córdoba que hemos llegado en otros tiempos y con otras exigencias nos sentimos orgullosos de los jiennenses de El Calonge, a los que su Jaén natal, el Jaén oficial, olvidó.

Hoy, 57 años después, nuestro cariño, nuestro recuerdo y respeto por aquella pequeña epopeya para la gran mayoría, pero enorme y dolorosa para sus protagonistas y para los que no queremos que se olvide, pues dieron mucho a cambio de poco.

* Periodista. Director de Onda Cero en la provincia de Córdoba