Resulta extraño que Córdoba no haya desarrollado como otras ciudades el transporte en bicicleta, a pesar de que fue pionera en su impulso, tanto con los carriles-bici como con los servicios municipales de préstamo, que años después desarrollaron con más éxito capitales como Sevilla y Santander, por poner algún ejemplo de poblaciones de tamaño medio. En la ciudad se dan, con la excepción de las temperaturas extremas del verano, las condiciones idóneas para que la bicicleta sea mucho más que un instrumento de ocio o deporte: el clima es suave, las lluvias escasas y el terreno urbano no presenta grandes desniveles. No en vano estamos en "Córdoba, la llana".

Sin embargo, aquello que empezó con tanto entusiasmo quedó paralizado, por razones presupuestarias y quizá en parte por el escaso uso inicial que le dieron los ciudadanos. Con el paso de los años se deterioró en algunos puntos. La red no se completó, lo que dificulta los enlaces entre muchas zonas de la capital y disuade a los usuarios que pudieran plantearse el uso cotidiano de este medio de transporte, que ha experimentado un fuerte auge en toda España. Baste señalar, en este sentido, la continuada exigencia de la Universidad de Córdoba de un carril-bici hasta el campus de Rabanales, que solo ahora está a punto de ultimarse.

Córdoba tiene en la actualidad 52,3 kilómetros de carril-bici urbano y otros 12,7 kilómetros de carril metropolitano, que van a ampliar hasta finales del 2016 con otros 31,6 de la proyectada nueva red urbana (más otros 14 metropolitanos hacia Medina Azahara y Villarrubia), fruto del convenio que acaban de firmar la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento. La Junta, que asume el 75% del coste (11 millones de euros con cargo a los fondos Feder) plantea el proyecto como una red que rodeará el casco histórico y atravesará las principales arterias, con conexiones hacia los polígonos industriales de Chinales y la Torrecilla.

El carril-bici permitirá que la bicicleta se configure como una alternativa real de transporte, al rodear, enlazar y cruzar la mayor parte de los barrios. Y los enlaces a los polígonos permitirán que muchos trabajadores se planteen una práctica que hoy día está prácticamente descartada por los grandes riesgos que encierra. La consejera de Fomento, la cordobesa Elena Cortés, al presentar este programa de actuaciones enmarcadas en el Plan Andaluz de la Bicicleta, dijo que el objetivo es que "la bicicleta sea la alternativa real al vehículo privado", combatiendo la contaminación y ahorrando en combustible. Así, la Junta quiere lograr que el 6% de los desplazamientos que actualmente utilizan el coche se hagan en bicicleta. Si el proyecto se ejecuta bien, y con el consenso municipal y de los vecinos, tiene muchas posibilidades de éxito entre una ciudadanía cada vez más preocupada por la salud, en una ciudad que es cómoda en cuanto a sus distancias y en un marco de crisis económica que invita a ahorrar en combustible. Ahora importa que se cumpla lo programado.