Me pregunto ¿para qué sirve el Banco de España (BE) y sus tan solemnes como rancios edificios en las principales ciudades del país? Para qué sirve si, a la postre, es el gobierno quien tiene que poner orden --a su manera, sin soliviantar mucho al capital-- en el cachondeo de las comisiones por sacar nuestro dinero de los cajeros automáticos, a los que nos han llevado después del cierre de muchas oficinas y sus correspondientes expendedores de billetes. Y aquí contaré un caso propio: hallándome hace unos días en un importante ciudad andaluza, Antequera, y viéndome sin blanca, acudí a un cajero de caja de ahorros, por aquello del espíritu social del que ya nada queda, y por sacar 60 euros me birlaron 5 de comisión, y de haber sacado 100 hubieran sido 8 euritos al bote. Y así seguirán las cosas hasta primeros de año, por lo menos, pues por más que digan la cosa no va a cambiar del consejo de ministros del viernes a mañana. Para qué sirve el BE si cuando se destapó la gran estafa de las "preferentes", consentida por él, no supo reaccionar y son los jueces los que están caso a caso, juicio a juicio, restableciendo el orden y la justicia a cientos de miles de ahorradores que de un día para otro vieron perdido su dinero. Para qué sirve el BE si en el flagrante abuso de las "cláusulas suelo" en las hipotecas, son los juzgados nacionales e internacionales, también los registradores y notarios, los que han puesto coto a esa miserable práctica, aplicada con engaño a sus propios clientes, para impedir que los ciudadanos se beneficien de la bajada del precio del dinero. Para qué tanto nombre y tan poca utilidad.

* Periodista