José María Aznar no parece que tenga la intención de abandonar la escena política. La reaparición del expresidente del Gobierno tras haber renunciado a la presidencia honorífica del PP no defraudó a quienes esperan de él que asuma el papel de oposición a la derecha de Mariano Rajoy. Así, Aznar criticó a Rajoy por lo contrario que le afea la oposición --por el momento, la real-- en el Parlamento: su supuesta tendencia a cerrar pactos que pueden implicar la subida de impuestos o el aumento del déficit y su voluntad de aceptar cambios en las reformas más controvertidas del PP, como la reforma laboral. Desde el discurso de investidura, Rajoy ha dejado claro que las reformas económicas son una línea roja que no piensa cruzar pese a la situación de minoría en la que se encuentra en el Congreso. Pero sus palabras no parecen bastarle a Aznar. La conferencia del pasado lunes fue el primer paso de una calculada reaparición pública, aunque descartara en privado los rumores de que planea fundar un partido político a la derecha del PP. Sus palabras llegan en un momento en que la formación conservadora se prepara para afrontar el congreso nacional de febrero (y justo cuando Cristina Cifuentes irritó a la dirección al pedir primarias). Pero más allá de las palabras, hasta que articule una oposición real a Rajoy, Aznar en realidad refuerza al presidente del Gobierno, que puede presentarse como el moderado entre izquierda y derecha.