¡Vaya, qué coincidencia! Resulta que la destitución del embajador de España en Londres, Federico Trillo, estaba programada en un lote de 72 cambios previstos por el Ministerio de Asuntos Exteriores y todavía no ejecutados debido a la prolongada interinidad del Gobierno y a la todavía reciente investidura del presidente, Mariano Rajoy. Casualmente, ayer se difundió la noticia de que Trillo cesará en su cargo, justo cuando buena parte del espectro político clamaba por su destitución tras conocerse el informe del Consejo de Estado sobre el accidente del Yak 42 que costó 62 vidas de soldados españoles. Pero, sosteniéndola y no enmendándola, el Gobierno prefiere decir que el exministro de Defensa dejará de ser cargo público casi por casualidad.