El juez Santiago Pedraz decidió enviar a prisión sin fianza al presidente de la Federación Española de Fútbol, después de declarar este en la Audiencia Nacional, por por haber tejido una red de «clientelismo» que permitió el desvío de millones de fondos públicos y privados del ente federativo. La misma medida se aplica a su hijo Gorka, que comparte negocios y destino con el padre.