Quizá, en una primera aproximación de urgencia previa a un análisis más detenido, lo más interesante del Debate sobre el Estado de la Comunidad celebrado ayer en el Parlamento de Andalucía se resuma en una frase de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, que aludió en su discurso inicial al principio de acuerdo alcanzado «hace apenas unas horas» entre el PSOE y Ciudadanos para los Presupuestos del 2017. Aunque posteriormente el portavoz de C’s, Juan Marín, matizara ese comentario señalando que queda por delante negociación, lo cierto es que la posibilidad de que Andalucía tenga sus cuentas públicas aprobadas antes de que comience el próximo ejercicio es una buena noticia, más destacable si cabe en el marco de incertidumbre en el que se encuentra la situación política española. Díaz utilizó el argumento de la «estabilidad», igual que en su discurso urgió a que se resuelva esa gobernabilidad de España que «concierne» a todos, por más que el portavoz popular, Juanma Moreno, insistiera en acusarla de estar lejos de los andaluces. Hubo en las intervenciones acusaciones duras, desde la «decepción» de C’s por la «falta de autocrítica» hasta la convicción del PP de que «la calle ya no la cree» o las acusaciones de Teresa Rodríguez (Podemos) de que «el partido de los ERE inviste a la Gürtel». Tal vez el más afinado fuese Antonio Maíllo (IU) al señalar que el debate parecía de investidura más que de rendición de cuentas, pues la política nacional se coló en todas las argumentaciones. Algo casi inevitable en estos momentos, aunque cabe esperar que hoy, en la segunda sesión, se centre más en Andalucía. H