El creador de Facebook, Mark Zuckerberg, para celebrar el cumpleaños exitoso de la mayor red social, puso en marcha en este mes de febrero el Friends Day o día del amigo virtual, que en el mundo real se conmemora a finales de julio. En una sociedad cada vez más individualista y menos solidaria, existe hoy una mayor dificultad para hacer amigos y mantenerlos. En Reino Unido una encuesta preguntó a los hombres adultos cuántos amigos tenían para discutir temas serios de trabajo, salud, pareja o dinero, y el 51% contestó que 1 o 2. Y entre los mayores de 55 años, el 20 por ciento reconoció que no tenia ninguno, siendo más propensos los casados. Si bien el escritor norteamericano Henry Adams solía decir que un amigo en la vida es mucho, dos son demasiado y tres son imposibles. La soledad no es un tema de la vejez o la soltería como pudiéramos pensar. Según el Indice de Sociabilidad, la mitad de la población española se siente sola de forma ocasional, y el 10 por ciento con mucha frecuencia. Una plaga que afecta a más de 4 millones de españoles.

El hombre es un animal social por naturaleza, diría Aristóteles. De ahí el éxito de las redes sociales, de amigos virtuales, paliativos en algunos casos, que no te comprometen ni con los que ir de cañas, pero cuyas vidas y comentarios seguimos para no sentirnos solos desde el sofá de casa. Ya sentenció el mismo filósofo griego hace 24 siglos, que quien es amigo de todo el mundo no es un amigo. Oído a navegantes ingenuos que celebran por millares a sus camaradas.

Para hacer amigos de carne y hueso, dicen los expertos, hay algunas claves: cuanto más semejantes a nosotros más fácil será la amistad, o lo que se denomina compatibilidad de fenotipo, siendo normal que en general nos relacionamos mejor con personas de nuestro entorno de edad, profesional, social y cultural, por lo que hay que ser realistas sobre el caladero de cada quien. Hay que pasar tiempo juntos, lo que exige priorizar opciones que no siempre muchos están dispuestos a elegir. Avanzar en la relación de forma progresiva, sin atropellos, respetando los ritmos y personalidad de cada uno. Ser sinceros, compartir confidencias y mostrarse sin postizos sino tal cual somos demostrando una honestidad interior que exige reciprocidad, pues el verdadero amigo lo sabe todo de ti y a pesar de ello te quiere. Proteger la reputación del otro, por lo que buscamos a personas que comparten nuestros puntos de vista e intereses. Aplicar la teoría de la proximidad como cuando aquellos amigos del colegio que veíamos a diario. Y, sobre todo, resultar agradables a los demás es fundamental, pues nadie busca un cenizo para pasar la tarde. Los amigos son una familia elegida a voluntad.

Desde luego esas veladas en las tabernas de siempre, en las peñas, y esas terrazas soleadas de invierno donde el tiempo se detiene, son buenos antídotos para combatir el estrés, la soledad y fomentar las amistades. Frente a la oscarizada Amistades Peligrosas de Stephen Frears, les confieso que soy más del Amigos para siempre de Los Manolos. Mi patria son mis amigos. Cuento contigo.

* Abogado y mediador