Alpha Pam era un joven senegalés de 28 años, inmigrante sin papeles desde que llegó a España hace 8 años. Estaba enfermo de tuberculosis y murió el pasado 21 de abril en Baleares.

Diversas organizaciones denuncian que no se hizo todo lo posible por salvarle la vida al carecer de tarjeta sanitaria. Sin ningún tipo de dudas, su muerte ha sido una consecuencia directa de la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes sin papeles. Médicos del Mundo denuncia en un comunicado que "la exclusión sanitaria provocada por las políticas de austeridad se ha saldado con la muerte de una persona por una enfermedad curable". Su muerte se hubiese evitado con las pruebas pertinentes de la tuberculosis. Dicha ONG ya advirtió al Govern balear de los riesgos de que se produjeran fallecimientos por la aplicación de la última reforma sanitaria. Hace poco tiempo esto se hubiese evitado en nuestro país.

No fue atendido en dos ocasiones por no tener tarjeta sanitaria, la misma razón por la que no se derivó al especialista. La tercera vez acudió al hospital y ante su insistencia fue atendido cinco minutos. Le obligaron a firmar un compromiso de pago, pero no se le tomó ninguna radiografía.

Cuando se trata de atender a una persona enferma se llama humanidad, por encima de normas y leyes. Lo contrario se llama violar los derechos humanos (Art. 25.1: Toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios) y denegar el derecho a auxilio. Mientras tanto el Gobierno anda preocupado con el derecho de los no nacidos, con una ley del aborto retrógrada e impropia después de 40 años de democracia.

¿Cuántos Alpha Pam pueden verse en estas mismas circunstancias que le causen la muerte? En nuestra propia ciudad, y hablo con conocimiento de causa, no se les renueva las tarjeta sanitaria a los inmigrantes que no tienen papeles o solo tienen permiso de residencia. Como responsable de la ONG KALA ya he dado varios avisos a los responsables de inmigración de la Junta de Andalucía en Córdoba, llamándoles la atención sobre esta situación, que puede derivar en un grave problema sanitario como el que venimos describiendo. También es cierto, y como signo positivo, que hay médicos/as en los centros de salud no dispuestos/a a dejar de atender a estas personas, y así lo están haciendo.

* Profesor y presidente de la

Asociación KALA