Que Córdoba esté siendo en estos días la capital mundial de Debate en lengua española es una buena noticia se la mire por donde se la mire. Y es de justicia terrenal reconocer que gran parte del mérito de que esto esté aconteciendo (aparte, claro está, de las aportaciones económicas y de infraestructuras de distintas empresas, organismos e instituciones) se lo debemos a la Universidad de Córdoba, descendiendo un poco más, al aula de debate de la UCO y descendiendo ya del todo, al profesor Manuel Bermúdez, cabeza pensante y visible del evento, a quien, faltaría más, agradecemos su esfuerzo, su tiempo y su dedicación para que esto esté ocurriendo durante esta semana en nuestra capital, donde no es fácil, en este mes, casar la palabra y «la caló».

Pero si es justo este reconocimiento, más justo es aún nombrar, hacer mención de quienes desde hace ya una década vienen sentando, desde la capital y desde la provincia, las bases, los cimientos sólidos para que este acontecimiento se haya podido llevar a cabo y para que cualquier persona que se acerque pueda, si le apetece, disfrutarlo, porque, de verdad lo digo, merece la pena escuchar a estos jóvenes cargados positivamente de futuro.

En primer lugar, siempre es bueno no olvidar nuestros orígenes más cercanos. El Debate de competición en Andalucía siempre tendrá una deuda con la comunidad de jóvenes, entonces universitarios, que conforman Con Acento que, desde Sevilla y con Antonio Pilo Martín como líder indiscutible, con no demasiados medios pero con una ilusión desbordante, removieron nuestras entrañas algo anquilosadas en materia educativa para que pudiéramos experimentar una nueva forma de enseñar a nuestros alumnos mientras experimentan el placer de aprender y de disfrutar enseñando, es decir, que los profes volvamos a experimentar, que a veces se pierde, el placer de enseñar, de educar.

En segundo lugar, ya situados en nuestra capital y de manera paralela a este grupo que he mencionado, quiero recordar ahora con vosotros el nombre de algunos buenos profesores cuya labor pedagógica en torno al Debate es desde hace ya muchos años un estímulo y un ejemplo para todos los que nos dedicamos a esta profesión. Sé que no los voy a nombrar a todos pero siempre será mejor nombrar a algunos que no nombrar porque existen quienes olvidan de manera inconsciente y quienes lo hacen de manera consciente. Os aseguro que soy de los primeros. Tenemos el caso en nuestra capital de José David Castillejo, profesor del colegio Santa Victoria, cuya labor pedagógica a través del debate como herramienta educativa es un espejo en el que todos los que caminamos por este mundillo nos miramos y quien aún no lo haga debería, al menos, acercarse alguna vez porque su trabajo y su dedicación son dignos de elogio. Sin salir de nuestra capital, tenemos también el caso de Juan Antonio Chaves, profesor del colegio La Salle, con quien ocurre otro tanto de lo mismo.

Si salimos de la capital y nos acercamos a nuestra Subbética, cómo no vamos a nombrar a Víctor Pareja, profesor del IES Álvarez Cubero de Priego de Córdoba, quien además de formar a alumnos a través de esta herramienta ha sido capaz de poner en pie material impreso para que nos pueda servir de guía en estas cuestiones de oratoria aplicada a la labor docente. Si nos acercamos a la campiña cordobesa, poseemos el ejemplo de Pablo Medina, profesor del IES Vicente Núñez de Aguilar de la Frontera, otro trotamundos incansable. Y, por último, si nos pegamos un salto a la sierra norte, nos encontraremos con Miguel Andrés Castaño, profesor del IES Florencio Pintado de Peñarroya. Solo son algunos de las muchas y muchos que ya hay, quienes sabrán disculpar que no los y las haya nombrado. Pero es necesario, de vez en cuando, nombrar para que no olvidemos que las cosas, en esta ocasión, el debate como herramienta educativa no nació ayer ni tan siquiera bajo el auspicio universitario aunque reconozcamos el mérito del Aula de Debate de la UCO o de la Asociación de Debate Dilema o, más independiente de la Universidad, el Club de Debate CDU.

Un buen árbol crece de manera armoniosa y equilibrada por todas y cada una de sus ramas.

@AntonioJMialdea

* Profesor de Filosofía