Así suscribí en 2010 una carta que fue publicada como ilustrada en esta misma sección. La intención, reconozco que pretenciosa, no era otra que la de intentar «despertar» algún interés a quien correspondiera, para poder inicar un proceso que pusiese en valor un monumento único.

Siete años después solo puedo atestiguar ni más absoluto fracaso en semejante reivindicación. Sin embargo, casualmente, he podido captar una imagen de una escalinata, que posiblemente corresponda a este Alcázar. Escalinata que ha quedado al descubierto por unas horas, gracias a la excavación realizada para la instalación de una tubería de saneamiento.

Cómo no, se ha seguido la tradición que se aplica en nuestra ciudad: descubrir, estudiar y cubrir. Ya sucedió con los magníficos restos del Puerto Romano, de Sabat, del Teatro Romano, aunque en este la cubierta es un edificio que alberga el Museo Arqueológico y es visible, han condenado in perpetuum cualquier posibilidad de rehabilitación integral. Véase el caso del Teatro Romano de Cartagena.

Nuevamente sugiero que se inicien los trabajos de puesta en valor de este palacio. Con las posibilidades de todo tipo que tiene, no es entendible que en Córdoba exista tan alta tasa de paro. Más al contrario Córdoba debería ser una ciudad cuyo objetivo fuese la busca del pleno empleo, es tan sencillo como creer en ello y trabajar para ello, sin complejos, sin pusilanimidad, sin pequeñeces, sí con ambición.

<b>Francisco Muñoz Jiménez</b>

Córdoba