Amigo Javier, cuando me dispongo a ojear el Diario CORDOBA del pasado sábado día 3, recibo un primer sobresalto de alegría cuando veo tu foto en página de opinión y además con el indicador de que "Subes", pero cuando doy lectura al mismo me doy cuenta y mucho más cuando llego a la página seis, de que esto es una despedida en toda regla. Y digo yo, no pasa un verano que no tengamos pequeños tsunamis informativamente hablando y éste no iba a ser menos. Tú has salido por la puerta grande "C/ Lineros 32", como los grandes maestros. Tú has sido un verdadero ejemplo para todos los que hemos tenido la gran suerte de conocerte. Siempre he visto en tí palabras de respeto a tus compañeros de profesión. Cuántos halagos a los señores José García Marín, Rafael Carrillo, Alberto Rosales, etcétera. Tú siempre decías que a esa generación Córdoba le tenía que agradecer mucho. Y cuánta verdad en tus palabras. Con tus compañeros de trabajo siempre has demostrado respeto y exigencia con ellos y contigo mismo. Siempre cuidabas al máximo que todo estuviese según el deseo del cliente.

Qué buenos recuerdos cuando sin apenas recursos y cuando se contaba con un solo libro para anotar, como te desvivías junto con Teresa Bravo para que nada quedase en el olvido. Qué magnífico personal se fue cuajando con el paso del tiempo, algunos ya jubilados o prejubilados. En mi mente hay tantos nombres que para tu orgullo te recordaré algunos de ellos: Ambrosio, Paco Vizuete, Rafael, Pedro y su hermano Sergio, Mario, Pepe García, Juan Antonio, etcétera. Y qué orgulloso te sentías del personal femenino, tu inseparable Antoñita, Almudena, Mayka, Ana... Sería interminable. En ellos siempre te apoyabas y sabías que era el mejor equipo humano y profesional que cualquier persona podría desear.

Por lo tanto desearte suerte en tu nueva andadura, que nada ni nadie te haga cambiar. Los que nos sentimos identificados con tu proyecto, decirte que has logrado con tu trabajo, esfuerzo y dedicación dar a conocer el nombre de Bodegas Campos por todo el mundo. Gracias por ser como eres. Solo un consejo: dedícale un poquito más tiempo a tu querida esposa e hijos y apóyate en tu tío Paco, del que sin duda aún hay mucho que aprender.

Un abrazo.

Juan Mata Mata

Córdoba