Nuestro paisano mas ilustre, D. Luis, describía la ciudad como un ¡Oh excelso muro, oh torres coronadasde honor, de majestad, de gallardía!

¡Oh gran río, gran rey de Andalucía,de arenas nobles, ya que no doradas!

Ese gran río, que hoy y desde hace muchos años, sigue siendo el gran olvidado por los ciudadanos pese a las últimas mejoras realizadas, seguimos necesitando recuperar para todos y para la ciudad de Córdoba las riberas de nuestro río Guadalquivir, deterioradas por los efectos de las últimas inundaciones.

El gran rey de Andalucía, el cordobés, el sevillano y que al final de su recorrido da vida a Doñana, la reserva natural más espectacular de Europa, tiene otro valor además del ecológico, y es que forma parte del entorno histórico artístico de Córdoba

Los cordobeses aún no olvidamos las viejas barcas que cruzaban el río desde el embarcadero (¿dónde está y cómo está en la actualidad?), la memoria no es tan frágil, ahora parece imposible imaginarse aquellas obras que duraron más de cuatro años donde se rebajó su cota hasta el nivel original del río, desbrozando todo aquel hormigón de la muralla del río que supuestamente protegía de las inundaciones al Campo de la Verdad y todo aquel asfalto de lo que era la vieja carretera Nacional-IV, y últimamente la Puerta del Puente-, Córdoba limpió su fachada que daba al Guadalquivir y podíamos ver desde las barandillas de la ribera que Julio Romero de Torres pintó en sus cuadros, ese gran río, gran rey de Andalucía, y cómo los reflejos de los farolillos y de la Mezquita se desdibujaban al atardecer en sus aguas. Hoy ese paisaje ya no existe, hay que recurrir, como he tenido que hacer en mi último corto de La Niña de la Ribera , a los cuadros de Rafael Romero Barros, para recrear el paisaje y la vida que transcurría en sus orillas-

Gracias a la concienciación ciudadana por la lucha de su entorno se ha permitido recuperar los molinos y su integración en una red de centros de ciencia y educación medioambiental, pero que no acaba de "cuajar" entre los ciudadanos partidarios de sus valores paisajísticos, ecológicos y medioambientales, sin negar que son de primer orden, pero tampoco hay que olvidar su monumentalidad, Patrimonio de la Humanidad, y que el río forme parte de éste.

Córdoba ya limpió la fachada monumental que daba al río, ahora le toca limpiar bien su ribera.

* Cineasta. Autor del corto cinematográfico 'La Niña de la Ribera'