Creo que Córdoba debe felicitarse. Y España, también. Muchos tenemos la convicción de que estaba en juego mucho más que el gobierno de éste o de aquél, estaba en juego que el país, que Andalucía, que Córdoba, cayese en manos, o no, de una izquierda enloquecida que en muchos rincones sigue con lo de «arderéis como en el 36», que asalta las creencias, que desprecia todo cuanto ignora, como dijo Machado hablando de Castilla o de España. Lo ideal hubiera sido que el PP se renovara, lo ideal hubiera sido que Sánchez (que se revelan ambos como unos grandes tozudos) hubiese hecho mejor los deberes y que no mostrase tanta admiración por la hidra que pretendía comérselo, o que se hubiesen quitado los dos líderes de en medio y habernos ahorrado este segundo desgaste seis meses después. Pero debemos felicitarnos, digo, porque el triunfo de las fuerzas constitucionalistas va a serenar el patio, renacerá la esperanza económica, crecerá el empleo y la idea de España y de Europa seguirán sin correr peligro. La debacle socialista, que ha aguantado bien el tirón podemita, debería convencer al PSOE de convertirse de una vez en socialdemócrata, sin veleidades; es preciso que cambie de líder, que reflexione y renazca. Y en cuanto a Ciudadanos, sus resultados no pueden ser mejores, solo 80.000 votos menos que los morados. Si ha bajado, es por el efecto miedo a esa izquierda tramontana, antigua, vieja y desdentada, incendiaria, que vuelve a salir de las cavernas de la guerra fría y la guerra civil, empujando a algunos votantes de C’s a otro refugio; pero no olvidemos que los votantes de Ciudadanos no son el PP, poseen una convicción más liberal e intransigente con la corrupción, además de un par de centenares (al menos) de ideas muy claras. Ciudadanos desciende solo por eso, pero sigue siendo el elemento clave y fundamental para la gobernabilidad. En cuanto a Córdoba y muchos pueblos, son quienes han dado la mayor bofetada a esa izquierda peligrosa que debería de una vez, ella también, entrar en el futuro y abandonar utopías. Europa es un buen sitio (que reformar, sí) desde el cual alcanzar todos los sueños de justicia e igualdad. Sí, se puede.

@ADiazVillasenor

* Profesor