El 8 de marzo no es una fecha más en el calendario. Hoy, todos los años, mujeres y hombres debemos parar, tomar conciencia de los logros conseguidos en materia de igualdad y hacer balance del trabajo que en todo un año se ha hecho por los derechos de más de la mitad de la población.

Pensar si el esfuerzo de millones de mujeres, y también hombres, por acabar con todo tipo de discriminación por el único hecho de haber nacido con un género u otro está dando los frutos deseados. Es el momento de plantearse cómo de reales son las carencias que sufren las mujeres, en clara discriminación salarial, de empleabilidad y de conciliación. Si hoy, mañana, pasado mañana... todos tenemos las mismas oportunidades para ser lo que queremos ser sin cortapisas absurdas de ningún tipo.

Cada cual sacará sus propias conclusiones pero tenemos el firme convencimiento de que la inmensa mayoría coincidirá en que aún existen muchas barreras por derribar para alcanzar una igualdad real, plena y efectiva. Así lo pensamos también en Satse y, por ello, nuestra organización está desde sus inicios firmemente comprometida con acabar con las diferencias entre hombres y mujeres. Este año, como todos los anteriores, volvemos a celebrar el Día Internacional de la Mujer, en consonancia con la campaña impulsada desde la Organización de la Naciones Unidas (ONU) y no podemos estar más conformes con los objetivos que se marcan bajo el lema «Ahora es el momento: las activistas rurales y urbanas transforman la vida de las mujeres».

Y lo estamos porque nos consideramos firmes activistas por los derechos de la mujer manteniendo una reivindicación constante en materias como la violencia de género y las agresiones, la imagen sexista y el reconocimiento profesional de la labor de la Enfermería y Fisioterapia, la conciliación laboral y personal, la protección a las profesionales embarazadas o la seguridad y la salud en el trabajo, entre otras.

No podemos olvidarnos, nosotras y nosotros no lo hacemos, que el colectivo profesional al que representamos está compuesto en más de un 85% por mujeres. Enfermeras y Fisioterapeutas que comparten con sus compañeros hombres la misma realidad y problemas pero que, además, tienen que lidiar con otros muchos, por el simple hecho de pertenecer a uno u otro género.

Cierto es que una mujer enfermera cobra lo mismo que un hombre enfermero, por ejemplo, pero ¿tiene las mismas facilidades para ocupar un puesto de responsabilidad? ¿Puede conciliar de igual manera su vida laboral con la personal y familiar?... Son muchas las preguntas que nos llevan a la misma conclusión.

El fomento de la desigualdad, además de una hiriente injusticia, es una clara muestra de falta de inteligencia. Si todos queremos vivir mejor en una sociedad en continuo progreso y desarrollo, debemos aprovechar todas y cada una de las potencialidades que tenga toda persona, sea hombre o mujer.

Si cercenamos las capacidades y habilidades de las mujeres estamos perdiendo numerosas oportunidades de progreso futuro. Estamos dificultando y ralentizado nuestro desarrollo y, como consecuencia, estamos evitando que nuestro mundo sea más rico y productivo.

Las enfermeras y enfermeros buscamos, a través del cuidado, el bienestar de las personas. De igual manera, queremos el bienestar de nuestra sociedad y, por ello, el 8 de marzo y el resto de días del año somos activistas por los derechos de la mujer.

Decía Ban Ki-moon, exsecretario general de la ONU: «La igualdad hacia la mujer es progreso para todos». Cuanto antes seamos todos conscientes y consecuentes con esta afirmación, antes podremos hacer realidad una sociedad más próspera e igualitaria, por el bien de todas y todos.

* Vicesecretario Satse Córdoba