El estado de derecho debe garantizar la defensa de todo acusado, aunque se haga difícil para los letrados que defienden a sospechosos de delitos muy graves y gran rechazo social, como la pederastia. Si encima son abogados de oficio, es decir, que van a cobrar muy poco por ese duro trabajo, las ventajas son nulas. Por eso debe sentirse muy satisfecho Cristóbal Sitjar, el abogado que defendió al pederasta de Ciudad Lineal, ya que en la sentencia que confirma la condena de 70 años a Antonio Ortiz (el hombre que raptó y agredió a cuatro niñas en ese barrio de Madrid) el Tribunal Supremo elogia su «profesionalidad» y «dedicación» en un caso muy complejo, y señala que su solvencia da prestigio a los letrados que garantizan el derecho a la defensa.