Acaba de empezar el año nuevo y con los datos de desempleo de nuestra provincia, que corresponden al mes de diciembre del año pasado, no queda más remedio que hacer balance en lo que a materia de empleo se refiere.

Efectivamente, el año acaba con 7.364 desempleados menos que hace un año, un dato que cualquier político, de la Administración que sea, lo considerará como un buen dato, lo que significa que la economía se está recuperando gracias a las políticas que se están llevando a cabo.

No quiero ser aguafiestas, pero el año que se fue solamente alcanzo a calificarlo de vergonzoso en lo que a empleo se refiere, y me explico.

Con una tasa de temporalidad que nunca ha bajado del 97%, lo que significa que las personas trabajan en sus contratos desde unas cuantas horas a como mucho un mes, se dice que hemos generado empleo, claro, se les olvida la coletilla de «calidad».

Con un 50% de paro juvenil, ya me contarán qué futuro les espera a nuestros jóvenes para enfocar su vida, sus esperanzas y sus planes de futuro. Los tenemos abocados a sobrevivir con sus padres en el mejor de los casos, o bien a que se vayan al extranjero como mano de obra barata como ya les ha pasado a más de 300.000 en nuestro país.

Se ha instaurado con fuerza la figura del «trabajador pobre», es decir, aquella persona que a pesar de tener un empleo tiene muchas dificultades para pagarse los gastos mínimos de él y de su familia.

Alrededor del 35% de las personas de nuestra provincia están en riesgo de traspasar el umbral de pobreza, y lo que es peor, el 30% de nuestro hijos están en riesgo de exclusión social, hablando en plata, que son pobres.

Si a todo lo que ya he dicho le unimos la gran cantidad de personas que viven de la paga de una persona jubilada, ya que es el único ingreso que hay en la familia, nos encontramos ante un panorama desolador.

Por eso, calificar 2016 como un año vergonzoso es quedarse corto, porque la brecha entre ricos y pobres lejos de cerrarse se ha convertido en un verdadero precipicio.

Y es que estoy seguro que no es solo una cuestión económica sino ideológica, que al estar gobernado por la derecha ultraliberal no sólo en España sino en Europa y el mundo ( Trump viene de camino ), y si hay que tienen claro es el dicho: «Tanto tienes tanto vales».

Aunque todavía nos queda la gran ayuda que estamos teniendo de los jueces, con sentencias que están favoreciendo a la clase trabajadora, los sindicatos no desistiremos en denunciar y defender a los que menos tienen, porque es nuestra ideología y está en nuestro ADN.

Como sociedad debemos despertar, han calado las consignas de que solo hay esta forma de hacer las cosas, pero no, hay otras maneras que antepongan las personas a los grandes intereses económicos, pero hay que salir a la calle, denunciar injusticias y, en definitiva, ser libres de pensamiento que contra eso no se puede.

Ojalá el año que empezamos sea de verdad el año del despegue de la sociedad hacia las máximas cotas de solidaridad y de bienestar.

* Secretario de Formación y Empleo de UGT-Córdoba