La opinión pública anda revuelta con los desplantes secesionistas catalanes de Puigdemont y su trupe. Estos tipos no sólo están desafiando la ley y la Constitución, sino no que nos están metiendo mucha presión a los españoles; a todos: a los de Cataluña y a los de fuera de ésta. Esta situación de bloqueo y de estrés ha generado un debate popular que entra en la lógica democrática de defenderse de aquellos que quieren fractura la convivencia. El debate, por supuesto, ha venido dirigido o liderado por los líderes de opinión y expertos legales.

Actualmente el Gobierno de España ha establecido una estrategia de control presupuestario. Es decir, asumir el control de las cuentas de la comunidad autónoma catalana para evitar que, por ejemplo, funcionarios y jubilados catalanes puedan ver en peligro sus sueldos y pensiones. En ese debate público y ciudadano existe una corriente que alude a lo tibio e insuficiente de esta medida que no ataja el problema de raíz, esto es, eliminar de la escena política a todos estos políticos secesionistas que se están pasando la Constitución con eso del referéndum del 1 de octubre por el arco del triunfo.

Desde luego, no les falta razón y esta circunstancia genera un profundo sentimiento de frustración que ha llevado al debate a conjurar el ya famoso artículo de la Constitución 155. Aunque los padres de la patria que pergeñaron el susodicho artículo junto con los legisladores de la época lo plasmaron tan ambiguo, que si el actual gobierno de la nación española optara por aplicarlo sería tanto como ofrecer a los separatistas una vía de alegaciones o posibles impugnaciones de todo este proceso, que se deberían elevar al Tribunal Constitucional como un conflicto de competencia entre el Estado y la Comunidad Autónoma. Y de ahí a la eternidad. Y eso de emplear la fuerza como algunos dicen aplicando el 155 es una auténtica quimera jurídica. Ni siquiera se puede disolver ni suspender la autonomía o los órganos territoriales como sucede en Italia o Austria. Si de algo sirve este debate es para plantearse el modificar el 155.

* Mediador y coach