Las estadísticas, los últimos 18 años, las cifras que tanto odian los deportistas dicen que ya no hay Mundial de MotoGP. Dicen que ya lo ha ganado el catalán Maverick Viñales y su Yamaha. No hay nada que hacer. En 9 de las 15 ocasiones que ha ocurrido lo mismo desde 2002, el pájaro veloz que ha ganado tres de los primeros cinco grandes premios disputados (es decir, lo que ya ha hecho Viñales: Catar, Argentina y Francia) se ha proclamado flamante campeón del mundo aunque aún faltasen 16, 17 o 18 grandes premios.

Lo consiguieron ¡ojito!Valentino Rossi en cuatro ocasiones (2002, 2003, 2004 y 2005), Casey Stoner (2007 y 2011),Jorge Lorenzo (2010 y 2012) y Marc Márquez (2014), así que no sería extraño que ocurriera una vez más. Pero esas cosas, la verdad, no se las cree ni el candidato y lider («que gane en Mugello querrá decir que estamos bien, pero no que vayamos a ganar el título») ni, mucho menos, el todavía actual tricampeón, Márquez: «Maverick es el que ha empezado más fuerte, desde luego, y, sí, podría volver a ganar aquí, pero eso no significaría, ni mucho menos, que ya se proclamaría campeón. Esto es muy largo y yo estoy conociendo y perfeccionando mi moto. Esto no acaba en Mugello».

LA DUCATI VUELA EN MUGELLO

Lo cierto es que Italia, Mugello, el jardín de Rossi, es un mundo especial. Aquí las motos vuelan. Creánlo. No hay sitio donde estas máquinas corran más. O tanto. Superan los 350 kilómetros por hora. Especialmente la Ducati, que supera en 10 kms/h. a las Honda de Márquez y Dani Pedrosa. «No pasa nada, podemos arreglarlo frenando más tarde, más fuerte, más bestia y, claro, arrisesgando más. Y puedes caerte. Pero ahí estaremos, jugándonos el tipo para que no se note que nuestra Honda no corre, no, como la Desmosedici», confesaba ayer, con su eterna sonrisa en la cara, Márquez, que cree que acabará domesticando su RC213V y ganando, de nuevo, carreras, como ya hizo este año en Austin (Texas, EEUU) donde se paseó. Como siempre.

Pero Mugello no es solo Ducati, 350 kms/h, vuelos rasantes. No. Mugello es un soberbio Viñales, que puede, sí, que acabe perdiendo el Mundial pero que, de momento, lo gana, lo lidera, lo comanda. Casi arrasa. Su pole de ayer fue estratosférica. «No les voy a engañar: ha sido una vuelta de locura. La Yamaha va muy bien. Estoy contentísimo. Pero la carrera, el domingo, es otra cosa. Vayamos poco a poco. Como hasta ahora».

Y, SÍ, ROSSI ESTÁ PARA GANAR

Mugello es, también, o, sobre todo, Valentino Rossi, 38 tacos, capitán de capitanes, icono, vecino del circuito, habitante de la primera fila de salida. Visto lo que ha hecho viernes y sábado, no hay quien se crea que se cayó la pasada semana haciendo motocross, que pasó una noche en un hospital de Rimini, que los médicos dudaron si podía o no correr. ¡Vamos, hombre! ¡Venga ya! Para pelear con estos animales de la velocidad hay que estar entero, no te puede doler nada. Y menos el pecho. Y menos el corazón. Y menos la muñeca del gas. «No, no, estoy mejor, mucho mejor que ayer, viernes. Y espero estar aún mejor el domingo», confesó el Doctor. ¡Por supuesto, héroe de Italia, por supuesto!

Y Mugello es Andrea Dovizioso, un maravilloso ser que siempre ha vivido a la sombra del piloto estrella de Ducati. Ahora, Jorge Lorenzo. Y Mugello es, el tricampeón mallorquín. Y Mugello es la pareja de Honda, Márquez y Dani Pedrosa. Y una recta en subida. Y una frenada de suicidio. Y ¡sépanlo! 130.000 tifosi, 129.500 de Rossi.

NO SE LO PIERDA

Un domingo así, un domingo en Mugello, con tres, cuatro, cinco o seis pilotos pegaditos, juntitos, a rebufo uno de otro, a un palmo cada cúpula de cada colin (ayer, en la pelea por la pole, los 12 primeros acabaron en el mismo segundo, del 1.46.575 minutos de Viñales al 1.47.475 del portentoso Aleix Espargaró, hubo 900 milésimas), es la máxima expresión del Mundial de MotoGP, una semana antes de aterrizar en Montmeló, en la única competición que lleva el nombre de Cataluña: Gran Premio de Catalunya, sí.

Es a las 14.00 horas de este domingo. No se lo pierdan. Una docena de pájaros metidos en un segundo.