Con todo el ruido, con todo el escándalo, con todo el follón protagonizado por Marc Márquez (Honda) y Valentino Rossi (Yamaha) en el Gran Premio de Argentina de MotoGP, que se disputó, el pasado domingo, en el circuito de Termas de Río Hondo, donde triunfó el británico Cal Crutchlow y su Honda, nadie, nadie, reparó en el detalle, aunque el excampeón Sete Gibernau, asesor de Dani Pedrosa (Honda) lo denunciara, de que el único que se hizo daño por culpa de la fogosidad también desmesurada del francés Johann Zarco (Yamaha), fue el compañero de equipo del tetracampeón catalán en el Repsol-Honda. Finalmente, al llegar a Barcelona, el doctor Xavier Mir descubrió que Pedrosa tenía una pequeña fractura en el radio distal de su antebrazo derecho, el del puño del gas, que, en la noche de ayer, requirió de una pequeña intervención quirúrgica y la colocación de una pequeñita placa con tornillos de titanio.

Varios incidentes graves

Zarco, como hizo Márquez con Aleix Espargaró (Aprilia), que también sufrió el acoso desesperado del italiano Danilo Petrucci (Ducati), o el propio tetracampeón de Cervera (Lleida) con Rossi, creyó que, en una peligrosísima curva de derechas, podía meterle la moto a Pedrosa y, sí, se la metió pero dadas las extremas condiciones de la pista, provocó, no solo la caída del veterano piloto catalán, sino su vuelo por encima de su RC213V y su tremendo aterrizaje en el asfalto, que le provocó la pequeña fractura en el radio, que requirió de la intervención del doctor Mir en el Institut Dexeus, de Barcelona.

La intervención se ha hecho con vistas a que Pedrosa, de 32 años, pueda estar totalmente recuperado para el Gran Premio de España, que se disputa, como suele ser habitual en el calendario del Mundial de motociclismo, el primer fin de semana de mayo. Pero existe la posibilidad, casi segura, de que Pedrosa intente desplazarse, la próxima semana, al trazado norteamericano de Austin (Texas), donde se celebra el GP de EEUU, tercera cita de la temporada tras Catar y Argentina.

La razón no es solo probarse, saber si puede o no tomar parte en la carrera, sino demostrar a su equipo que hace todo lo posible, y más, por seguir enganchado a un Mundial que para el piloto de Castellar del Vallés puede ser decisivo en su larga carrera deportiva ya que, una vez renovado por dos temporadas más (2019 y 2020) su compañero, Marc Márquez, él está pendiente de poder seguir dos años más en el equipo de toda su vida.

Pedrosa, que al igual que Márquez y Crutchlow, está sumamente contento con la Honda de este año, cree que puede realizar una buena temporada y, por tanto, ganarse la confianza de su nuevo jefe de equipo, el expiloto catalán Alberto Puig, que dejó de ser su asesor por expreso deseo de Dani, rompiendo una amistad que duraba años y años.

El puesto de Puig en el círculo más próximo a Pedrosa lo ha ocupado el también expiloto catalán Sete Gibernau, que es quien ha empezado a mantener conversaciones con Puig sobre el futuro de Dani. En este sentido, Gibernau está convencido, y así lo ha hecho saber, que “Dani está en condiciones de ganar carreras este año y, por tanto, si gana grandes premios, como ha hecho a lo largo de las últimas 12 ininterrumpidas temporadas, creo que renovará”.

Gibernau fue uno de los pocos, por no decir el único, que, en declaraciones a Movistar MotoGP TV, pidió que se aclarase, mejorase y actualizase el reglamento que rige las carreras de MotoGP y, sobre todo, las sanciones a aplicar en caso de excesiva fogosidad y atrevimiento por parte de los pilotos. “Siempre he dicho que no hace falta que los pilotos se hagan los valientes intentando protagonizar adelantamientos imposible y muy, muy, peligrosos. Todos nosotros, y más los que también hemos corrido, los consideramos unos deportistas muy especiales y muy valientes. Son nuestros héroes pero, insisto, no hace falta intentar lo imposible para que mantengan nuestra admiración. Y, desde luego, este no es un deporte de contacto y, por tanto, el contacto, el choque, embestir al rival no tiene sentido. No debemos llegar a ese extremo, al extremo de chocar y, por tanto, ese comportamiento debería de estar muy bien señalado en el reglamento y evitaríamos que los pilotos se atreviesen a tanto”.