Barcelona, Montmeló y el Circuit de Catalunya han presenciado hoy otra de las tradicionales carreras de Jorge Lorenzo, tricampeón del mundo de MotoGP con Yamaha y ahora despedido, a final de temporada, por Ducati, dominando el gran premio, como en Mugello, como en el 46% de sus 67 victorias, de principio a fin, de la primera a la última vuelta, siempre seguido por un inteligentísimo Marc Márquez (Honda), lider en solitario del Mundial, que, con su segunda plaza, ha reforzado magistralmente su liderato, pues todos los que, hasta ahora, le daban miedo, han quedado detrás suyo. Eso sí, estas dos victorias seguidas del tricampeón mallorquín lo convierten en el enemigo más peligroso de Márquez.

El podio más impresionante de la historia

El podio de Barcelona, ante 90.537 espectadores, bajo un sol de justicia, que debió de alejar a los 'motards' hacia la playa, ha sido el más historia y brillante de todos los tiempos, seguro. Jorge Lorenzo (Yamaha), ganador, Marc Márquez (Honda) y Valentino Rossi, forman parte de tres generaciones distintas, pues el mallorquín tiene 31 años; el tetracampeón catalán, 25 y el 'Doctor', 39. Los tres suman 20 títulos (9 Rossi, 6 Márquez y 5 Lorenzo) y 246 victorias (115 Rossi, que lleva sin ganar desde Assen-2016, 67 de Lorenzo y 64 de Márquez).

Se llama, le llaman, él lo inventó, el 'modo martillo'. Es como Jorge Lorenzo domina las carreras que gana. El modo que, al parecer, no ha convencido a Ducati. Y, con ese estilo impecable, no hubo más carrera que ver como Lorenzo, que desde que le colocaron ese apéndice en su depósito, que le permite frenar mejor con sus rodillas y muslos, que le permite desgastarse menos de brazos, y, por tanto, pilotar como a él le gusta, se ha convertido en un piloto impresionante, el mismo que paseó, en su vuelta de honor, el martillo con el que piensa seguir golpeando a sus adversarios.

Dovizioso, el subcampeón que se despide

¿Qué cosas ocurrieron a las espaldas de Lorenzo? Por ejemplo, que Márquez, pese a caerse ya 10 veces este año, sigue sabiendo controlarse en carrera; por ejemplo, comprobar que 'Vale', un 'monstruo' absoluto, a los 39 años, es un 'piloto de domingo'; por ejemplo, que Andrea Dovizioso, el ogro del pasado año, el único que ganó tantos carreras como Márquez, se ha venido abajo, se ha caído solo y suma ya tres ceros (Jérez, Le Mans y Montmeló).

Total, segundo lección magistral de Lorenzo al jefe supremo de Ducati (fábrica), el señor Claudio Domenicali, que fue quien le minusvaloró, poco antes de la carrera de Mugello (Italia), diciendo que 'solo' era un "gran piloto". Ese gran piloto, que, como le respondió Lorenzo, es "todo un tricampeón del mundo de MotoGP, lo siento", le demostró en Italia que es tan bueno como el mejor y hoy, quince días después, ha vuelto a dominar, arrollar y ganar, poniendo en entredicho la supremacia de Dovizioso en el 'team' Ducati.