El mundillo de las carreras sabe que lo que vio ayer, en el ‘liceo’ de Spielberg, donde 92.955 espectadores se volvieron locos con las dos últimas vueltas de MotoGP, es un regalo del cielo. Lo que ayer hicieron en la pista Jorge Lorenzo (Ducati) y Marc Márquez (Honda) es un homenaje al ‘Cirque du soleil’ porque, como reconocieron los dos trapecistas, los dos campeonísimos (entre los dos suman 11 títulos, 134 victorias y 162 podios) «no es nada fácil llevar estas motos a más de 300 kms/h, tumbarlas, acelerar, derrapar, lamer el asfalto, tocarse y sobrevivir en esa lucha».

Esa fue la lectura que los campeonísimos de Ducati y Honda (no hay nadie más: Andrea Dovizioso es demasiado cerebral para estas guerras, Valentino Rossi no tiene moto, Cal Crutchlow solo quiere divertirse y Dani Pedrosa ya es un expiloto) hicieron tras protagonizar una de las carreras del año, con dos últimas vueltas en las que se pasaron un montón de veces, acariciándose con sus carenados, tocándose y logrando levantar al público de sus asientos. ¿Quieren más números? De las 267 vueltas que se han dado en los 11 grandes premios que se han disputado, de Catar a Austria, Márquez ha liderado 107 y Lorenzo, 97. ¿Saben quién es y cuantas ha liderado el supuesto ‘tercer hombre’? Andrea Dovizioso ha pasado por meta, como líder, en ¡26 ocasiones! Y Rossi en una. Es por eso que Márquez será campeón y Lorenzo, subcampeón. «Soy muy feliz por cuatro motivos», dijo el mallorquín. «He ganado en un circuito donde nunca había ganado. He vencido con una Ducati, que siempre es especial. He ganado a Márquez, que es el mejor y el único que jamás se rinde. Y he ganado con una adelantamiento por fuera que él no se esperaba». «Soy más feliz que él», replicó, entre risas, Márquez. «En un circuito Ducati, he peleado, esta vez sí, hasta la última curva por la victoria y llevo cinco grandes premios aumentando mi ventaja con respecto al segundo del Mundial, que sigue siendo ‘Vale’». Cierto, en la curva tres de la última vuelta, Lorenzo le hizo a Márquez un por fuera inesperado («creía que me metería por dentro, pero la tracción de mi Ducati me ayudó a salir veloz por fuera»), pero Marc lleva meses en otra guerra, la de ganar su quinto título en seis años, y le da igual perder alguna batallita, pues lleva cinco triunfos este año. También más que nadie.