La parroquia de La Asunción volverá a abrir sus puertas tras el próximo verano

El pasado 1 de octubre, el principal templo del barrio del Gran Capitán sufrió el desplome repentino de parte de su cubierta, provocando daños de consideración en la iglesia y, también, en la imagen del Señor en la Santa Cena, cuya restauración asumió Rafael Castro Portero.

Desde entonces, los distintos grupos parroquiales, unidos a la Hermandad del Señor en la Santa Cena, María Santísima de la Estrella y Nuestra Señora de las Viñas, no han dejado de promover iniciativas para recaudar fondos con los que sufragar las obras de restauración del templo, construido en la década de los sesenta a instancias del párroco Antonio Gómez. Y es que, aunque el Obispado asumirá el grueso de la actuación --disponiendo, además, de una ayuda extraordinaria de la Diputación de Córdoba que alcanza los 20.000 euros-, la parroquia de La Asunción ha debido solicitar un préstamo de 94.000 euros que deberá restituir en un plazo de 20 años.

Los trabajos --que arrancaron el pasado 24 de febrero- se centrarán en la sustitución de la cubierta de las dos naves laterales y de las dependencias parroquiales donde, además, se acometerá una nueva distribución para la sacristía, los salones de los grupos y la guardería infantil.

Tras descartarse la necesidad de demoler la cubierta de la nave central, las obras también se centrarán en reforzar esta estructura, que había sufrido menos los problemas de infiltración de agua que, a juicio de un informe técnico del Obispado, podría haber causado el desplome de la techumbre lateral.

El lógico desconcierto que provocó el derrumbe de la cubierta a primeros del mes de octubre no ha impedido que la vida parroquial siga adelante.

De hecho, los cultos se trasladaron a un local ubicado en la Ronda del Canillo que está acondicionado para la impartición de los sacramentos y que funciona como templo provisional desde Navidad.