Coincidiendo con la reciente inauguración en Los Cuatro Caminos de la rotonda que luce el imponente emblema de las Bodegas Pérez Barquero, me vino a la memoria aquella otra propuesta -que llegó a ser aprobada por el Pleno de la Corporación y todo- de erigir un monumento dedicado a los vendimiadores. Y no sé si sería el momento adecuado de hacer realidad ese proyecto, ahora que el Ayuntamiento se ha propuesto exornar las rotondas del casco urbano con elementos alusivos al mundo del vino.

Retomo la idea justo en estos días en los que ya sabemos que la vendimia 2017 pasará a la historia por su crudeza y, previsiblemente, por su cosecha anormalmente corta. Qué menos que los vecinos de esta ciudad reconozcan con algún monumento a quienes se desvelan durante todo el año para que la viña acabe dando sus mejores frutos y, en definitiva, para que el nombre de Montilla siga ligado por siempre a la calidad de sus vinos.