El primer viernes de marzo aparece bien marcado en el calendario de miles de montillanos que, cada año, visitan la Parroquia de Santiago Apóstol para rendir culto al Santísimo Cristo de Medinaceli, una pequeña talla que data de mediados del siglo XX y que evoca la popular imagen de Jesús de Nazaret que se venera en la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli de Madrid. Hasta las 22.00 de la noche, el templo mayor de Montilla recibió la visita de miles de devotos que, de esta forma, ofrecen una de las estampas más características de la Cuaresma montillana, al iluminar una de las 2.500 velas que prepararon los responsables del templo para contribuir a sufragar los gastos de las obras de restauración que se han acometido últimamente.