El historiador egabrense José Calvo Poyato, miembro de la Real Academia de Córdoba y de la Academia Andaluza de la Historia, fue el encargado de abrir, de manera oficial, la sexagésima edición de la Fiesta de la Vendimia Montilla-Moriles, con un pregón que tuvo lugar en el patio central de las Bodegas Pérez Barquero y que se vio precedido por el brindis de la vendimiadora mayor, Lucía Hidalgo Jurado, y de su corte de damas.

La presentación del pregonero corrió a cargo del director de la Casa de las Aguas, José Antonio Cerezo, doctor en Filología Hispánica y reputado especialista en literatura erótica, que subrayó que "José Calvo Poyato, es, sin duda alguna, uno de los mejores cultivadores de novela histórica que tenemos en España", dado que sus obras --traducidas a idiomas tan dispares como el francés, el alemán, el ruso, el checo, el rumano o el macedonio-- "cautivan a una legión de lectores que esperan sus nuevas entregas".

Ya en el atril de Pérez Barquero, José Calvo Poyato convirtió en protagonistas de su pregón al vino y a El Gran Capitán, del que aseveró que se trata de "una de las figuras más relevantes de la historia española". Y es que, en el año en el que se conmemora el quinto centenario de su fallecimiento no podían faltar las referencias al militar montillano, cuyas hazañas fueron reconocidas por autores de la talla de Cervantes, Góngora, Lope de Vega, Quevedo o Baltasar Gracián.

"El Gran Capitán ha sido el montillano que más ha destacado entre los montillanos ilustres", destacó el pregonero, quien lamentó el trato desconsiderado que recibió del rey Fernando El Católico, que ordenó destruir la fortaleza en la que vio la luz el 1 de septiembre de 1453.

Junto a la figura inmortal de Gonzalo Fernández de Córdoba, el vino y la vendimia constituyeron los otros dos grandes protagonistas del pregón de José Calvo Poyato. Y es que para el historiador egabrense, "la vendimia ha sido siempre una fiesta". No en vano, dentro de la trilogía agrícola mediterránea por excelencia, "la recolección de los frutos del viñedo se ha sobrepuesto siempre a la recolección de la aceituna o del trigo, sobre todo por razones climatológicas: demasiado frío en invierno y demasiada calor en verano". En ese sentido, el pregonero indicó que "la uva se recolecta en el momento preciso para hacer de esta actividad casi una experiencia religiosa".

Además de repasar los elogios que destinaron al vino los mejores escritores andalusíes, Calvo Poyato no olvidó mencionar a un paisano ilustre, el también escritor Juan Valera, que llegó a pergeñar, finalmente sin éxito, un negocio de distribución de vinos de Montilla-Moriles.