La Guardia Civil investiga cinco denuncias interpuestas por otros tantos vecinos de Montilla que aseguran haber sido víctimas de un uso fraudulento de sus tarjetas de crédito en cajeros automáticos y centros comerciales distribuidos en distintos puntos de Andalucía. La investigación sigue abierta y todavía no se han practicado detenciones.

Tal y como confirmaron fuentes de la investigación, las denuncias fueron presentadas por clientes de una sucursal bancaria de la calle Corredera. Las mismas fuentes precisaron que "no constan más denuncias por hechos similares registrados en esa o en otras entidades bancarias de la localidad".

La principal línea de investigación apunta a una organización criminal especializada en el skimming , una práctica que consiste en instalar en cajeros una microcámara para filmar el teclado cuando el cliente de la sucursal bancaria introduce el código de seguridad, así como un lector magnético que permite copiar los datos de la tarjeta bancaria.

Además de compras fraudulentas en establecimientos de la Costa del Sol, los cinco afectados de Montilla detectaron operaciones en cajeros automáticos ubicados en distintos puntos de Andalucía, donde se llegaron a extraer cantidades de hasta 600 euros, que es el tope máximo diario fijado por la entidad para operar con tarjetas de crédito.

Para evitar ser víctima del skimming , la Guardia Civil recomienda a los usuarios de cajeros automáticos "tapar con la mano el teclado cuando se está marcando el código de seguridad para, en su caso, evitar que se pueda filmar ese dato". Asimismo, los agentes animan tanto a los clientes como a los propios empleados de las entidades bancarias a revisar que los cajeros no presenten evidencias de haber sido manipulados, dado que "cuando instalan la microcámara, rara vez queda perfectamente fijada y puede haber elementos que se muevan".

Según el Banco de España, en caso de pérdida o robo, el titular de la tarjeta está obligado a avisar "de inmediato" a la entidad.