Lo que son las cosas. Hace justamente una década, servidor de ustedes, medio en broma o medio en serio, proponía rebautizar la principal vía de Montilla con el nombre de "Escurredera", en vista del resultado que había ofrecido el pavimento elegido para losar una calle que, en cuanto caían cuatro gotas, se convertía en una peligrosa pista de patinaje.

Como era de esperar, aquella propuesta mía despertó la ira de un concejal que me trató poco menos que de inepto por insinuar siquiera que el suelo de la Corredera resbalaba.

Diez años después, y con dos profesionales de la arquitectura en el equipo de gobierno --Rafael Llamas y Alicia Carmona-- el sentido común parece tomar cuerpo. Y lo hace en forma de granito, un material que quizás sea menos estético que el mármol de Carrara pero que, sin duda, es menos peligroso.