Me lo confesaba un conocido bodeguero hace unos días: "en el marco Montilla-Moriles todavía no somos conscientes de la importancia de la promoción de nuestros vinos y de la repercusión que puede tener cualquier referencia en prensa". Y no le faltaba razón. De nada sirve tener los vinos más espectaculares del mundo si no somos capaces de difundir sus excelencias más allá de El Portichuelo.

Por eso, todas las iniciativas que se organicen en favor del vino, ya sean públicas o privadas, deben ser aplaudidas y apoyadas por todos. Sería una pena dar al traste con una cultura tan arraigada por una simple cuestión de márketing.