Catorce minutos. Ese es el tiempo que tardó la Corporación municipal en ventilarse el pasado 8 de abril un orden del día con diez puntos. Echen cuentas: no sale ni a minuto y medio por tema. Había tanta prisa por desalojar el Salón de Plenos que ninguno de nuestros insignes munícipes tuvo la deferencia de explicarles a ustedes, que son los que apoquinan, en qué consiste el nuevo reglamento para el Teatro Garnelo o qué van a hacer en La Corredera con casi medio millón de euros que acordaron gastarse en un abrir y cerrar de ojos. Nadie dio la más mínima explicación. Será que ya está todo el pescado vendido.