Montilla abrió de par en par las puertas de su Fiesta de la Vendimia con la Cata Flamenca, un festival organizado por el Ayuntamiento, en colaboración con la Peña El Lucero y la Diputación, en el que los montillanos Antonio Mejías y Curro Cruz, junto a la cantaora onubense Argentina, brillaron con luz propia.

El recinto ferial congregó a cientos de aficionados que no quisieron perderse la cuadragésimo tercera edición de un festival que rindió tributo a Agustín Gómez Pérez, uno de los mayores expertos en el cante jondo, que falleció en mayo.

Asimismo, Pedro El Granaíno y el pontanés Julián Estrada formaron parte de la terna de cantaores de la XLIII Cata Flamenca, considerada uno de los mejores festivales que existen a nivel nacional. No en vano, desde 1970 ha acogido en su escenario a primeras figuras del cante y del baile como Antonio Mairena, Enrique Morente, El Lebrijano, Antonio el Bailarín, Camarón o Paco de Lucía.

De igual modo, los aficionados a la guitarra contaron en Montilla con artistas de la talla de José Quevedo, Manolo Silveria, Antonio Patrocinio y Curro Cruz, que volvió a ser profeta en una velada que estuvo presentada por el médico y poeta montillano Antonio Varo.