El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, presidió el pasado 27 de julio una misa de acción de gracias con motivo de la reapertura al culto de la parroquia de Nuestra Señora de La Asunción, que el 1 de octubre del 2013 sufrió el desplome de parte de su cubierta.

En menos de cuatro meses, el titular de la Diócesis ha presidido la reapertura de dos parroquias montillanas: el 9 de abril, la de Santiago Apóstol, tras las obras de reforma que permitieron implantar una nueva instalación eléctrica, además de restaurar las cubiertas del templo, muy dañadas como consecuencia de la humedad. Y el pasado día 27, la de La Asunción, que representa el principal templo de la barriada del Gran Capitán, la zona más poblada de Montilla.

Tras descartarse por los técnicos del Obispado la necesidad de demoler la cubierta de la nave central, las obras se han centrado en el entejado de todo el templo y en la sustitución de la cubierta de las dos naves laterales y de las dependencias parroquiales donde, además, se ha acometido una nueva distribución para la sacristía, los salones para los grupos y la guardería infantil anexa al templo. Igualmente, las actuaciones --que han contado con un presupuesto próximo a los 240.000 euros-- han permitido reforzar esta estructura, que había sufrido menos los problemas de infiltración de agua que, a juicio de un informe técnico, podría haber causado el desplome de la techumbre más próxima a la calle Conde de la Cortina.

Los numerosos fieles que se congregaron en La Asunción el día de su reapertura al culto comprobaron, además, algunos cambios en la fisonomía interior del templo, que ahora presenta sus pilares centrales revestidos de madera, una solución que también se ha adoptado en la zona del altar mayor, presidida por el Santísimo Cristo de la Paz, obra del imaginero cordobés Miguel Arjona Navarro, autor también de la talla de María Santísima de la Caridad en sus Tristezas, que se encuentra en la parroquia de San Francisco Solano.