La crisis cercenó la actividad del sector de la construcción en la ciudad y ello ha traído consigo la reordenación del organigrama municipal en la materia. Por ello, desaparecerá la Gerencia de Urbanismo, aunque ello, al parecer, no vaya a tener consecuencias para sus trabajadores, lo cual es de agradecer en estos tiempos de recortes. Estos trabajadores pasan a una gran área de Infraestructuras, Obras y Servicios, con lo que el Ayuntamiento podrá centralizar mejor sus actuaciones. Además podrá afrontar los cambios y novedades que se derivarán de la puesta en marcha del nuevo Plan General de Ordenación Urbana. Será un documento clave para el desarrollo de la ciudad, cuya realidad no se corresponde con la planificación hecha durante la época de la burbuja inmobiliaria, cuyos platos rotos seguimos pagando todos.