El fútbol se mueve por la ilusión y el Lucena de la temporada 2.014-15 no invita al optimismo a tenor de los movimientos, que viene realizando la dirección deportiva para conformar la plantilla. Aún cuando el objetivo del equipo celeste ha de ser siempre la permanencia a tenor de su potencial, es evidente que la afición, ante el cambio de gestores, esperaba quizá más nombres consagrados en Segunda B. En cambio, sus primeros pasos han sido rácanos, de ahí que apenas haya ambiente de fútbol en la ciudad y por ende en la compra de abonos, base clave para seguir consolidándose en una categoría tan exigente.