El Pleno del Ayuntamiento ha dado luz verde por unanimidad a la revisión del Plan General de Ordenación Urbana de la ciudad. El objetivo que se persigue es que el PGOU se adapte a la realidad actual, que ha sufrido una serie de cambios derivados de la crisis. Este impacto negativo ha truncar el desarrollo y frenado en seco la actividad del sector de la construcción. El Ayuntamiento espera contar con el nuevo PGOU en dos en tres años y una empresa externa se ocupará de la redacción del mismo.

El alcalde, Juan Pérez, defendió en el Pleno la necesidad de poner en marcha el nuevo Plan General de Ordenación, dada la situación que se ha generado tanto en la ciudad de Lucena como en las aldeas de Jauja y Las Navas del Selpillar. El nuevo documento de planificación urbanística habrá de corregir los desequilibrios planteados en la actualidad y definir claramente los distintos espacios existentes de cara a la actualización de los valores catastrales. La situación actual da lugar a que, por ejemplo, una serie de propietarios de suelos estén pagando impuestos muy altos por superficies cuyo desarrollo no resulta viable en la actualidad ante la grave situación de la economía y sobre los que desconocen cuál será en concreto su futuro a nivel urbanístico.

En el Pleno se dijo asimismo que el nuevo PGOU pretende también dar una respuesta al Decreto de la Junta de Andalucía por el que se intenta prestar apoyo al despegue económico de una serie de municipios mediante la actualización de su urbanismo. Ello puede lograrse gracias a la adaptación de estos documentos al Plan de Ordenación del Territorio de Andalucía.

En rueda de prensa posterior al Pleno, el alcalde, Juan Pérez, informaba del problema de los planes parciales que no se están desarrollando. Insistió en que es necesario modificar el PGOU para obtener superficies pequeñas de suelo, que tienen más viabilidad.

La parte negativa de esta revisión podría estar en que suelos calificados actualmente como urbanos o urbanizables podrían pasar a ser rústicos, con la consiguiente pérdida que ello ocasionaría a quienes invirtieron en su día en ellos. El alcalde dijo que estas situaciones son las que se tienen que revistar en la ponencia de valores catastrales para que los suelos paguen como lo que son, rústicos o urbanos, y no que algunos urbanos sigan tributando como tales cuando la realidad demuestra que, ante su nula viabilidad, deben pagar como rústicos.