Poco más de 30 minutos bastaron para meter el miedo en el cuerpo a muchas personas que pocas veces habían visto llover con tanta fuerza. Y esta situación se multiplicó y sobrepasó los límites del pánico entre los residentes y trabajadores de la residencia El Sauce, algunos de los cuales se despertaron cuando la fuerza del agua movía sus camas. En unos instantes, el centro se llenó de barro y se montó un dispositivo de evacuación que evitó males mayores. La solidaridad de los vecinos y de nuestro Ayuntamiento logró que estas personas recuperaran en pocas horas la sensación de un hogar al que no volverán en varios meses. Y es de justicia resaltar el apoyo de la familia Jiménez Viso, que regaló todo el material de descanso preciso para el montaje del nuevo dormitorio instalado en el salón de actos del complejo municipal Los Santos.