Lucentinos y visitantes hemos vivido unas Fiestas Aracelitanas brillantes, entrañables y participativas. De nuevo se ha evidenciado el fervor y la devoción hacia María Santísima de Araceli, patrona de la ciudad y del campo andaluz que, como indicaba el senador Mármol, deben tener más apoyo en cuanto a la promoción a nivel nacional. El espectáculo de música y pirotecnia ponía un brillante epílogo a unas jornadas en las que de nuevo se ha producido el reencuentro con amigos y familias que residen fuera y que retornan a su tierra natal para vivir unas jornadas únicas.