Somos un grupo de trabajadores/as del hospital universitario Reina Sofía de Córdoba que pertenecemos al Servicio Andaluz de Salud. Creemos que se está dando una situación cuando menos anómala, discriminatoria, desigual e injusta, que está produciendo desencanto entre los profesionales de la sanidad. Se trata de la carrera profesional, acuerdo al que llegaron en su momento el SAS y los sindicatos presentes en la mesa sectorial hace más de 10 años. Dicho acuerdo se encuentra rodeado de un batiburrillo de buenas palabras, propósitos e intenciones, así como de una serie de normativas que lo sustentan. En toda esta normativa se habla de derechos de los profesionales, de progreso, de reconocimiento, de motivación, etc., palabras y más palabras vacías de contenido. Actualmente el proceso de carrera profesional se encuentra paralizado, lleva muchos años inoperante, no funciona o no interesa que funcione, seguramente se encuentre en proceso de reordenación nos dirán unos que existe mucha carga de trabajo y complejidad en los casos, nos dirán otros (esta situación traerá consigo muchas reuniones y más reuniones, muchas mesas técnicas y más mesas técnicas) o incluso nos argumentarán motivos económicos para justificar dicha paralización, pero siguen pasando los años y los trabajadores no vemos soluciones.

No nos llevemos a engaño, no interesa solventar esta situación. La realidad es bien distinta, compañeros que realizan las mismas funciones e incluso con menos antigüedad, unos cobran su carrera profesional y otros no.

Los trabajadores firmantes, solicitamos la apertura de un proceso abierto y permanente para todas las categorías profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía, sin excepción (no solo para licenciados y diplomados sanitarios), así como la revisión de las bases que regulan la citada Carrera Profesional para que sean justas e igualitarias para todos. Cuando esto se haga efectivo, entonces podremos hablar de motivación, de equiparación, de igualdad, de compromiso e incluso de democracia interna.

Todos los que trabajamos en la Sanidad tenemos una fuerza incalculable que nuestros dirigentes son incapaces de advertir, dicha fuerza deberíamos utilizarla en el lugar y momento adecuado, seguro que saldremos ganando, pensemos por un momento y cambiemos las cosas, de nosotros depende.