El PP --que no se quiere enterar de que la convivencia con la corrupción ha llevado a Mariano Rajoy a ser democráticamente expulsado del poder- se echa al monte y anuncia en furibundas declaraciones una etapa de crispación política que polarizará el Parlamento y la sociedad. Muchos de sus cargos mienten al hablar de conspiración en la caída de su líder, de golpe de Estado a la democracia e incluso de Gobierno ilegítimo, mientras insultan a la cordura sosteniendo que Rajoy es el que más ha hecho en la lucha contra la corrupción y, como pago, recibe el ilícito desalojo del poder por una coalición de «rompepatrias». Esta táctica follonera de agria escalada verbal, incrementará la tensión política trayendo un nuevo descrédito institucional.

En el poder maltrataron las instituciones y al perderlo, aún más.