Los eventos de estos días en Madrid, compartidos por una parte de la sociedad, aunque sea mínima, son pura demostración de la generosidad de los madrileños, acogedores de todas las ideas y hospitalarios con todas las personas. Vienen de todas partes, montan sus espectáculos, ensucian nuestras calles, incomodan a muchos vecinos, pero son tolerados. Nuestras retroprogres Manuela y Cristina dan todo su apoyo a esta movida y ponen todos los medios a su servicio. Pero los madrileños también quisiéramos un poco de atención y cariño de parte de sus gobernantes, Cristina y Manuela, y cuando llegan momentos como Navidad, Reyes, etcétera, que compartimos, no una parte mínima de madrileños, sino una mayoría aplastante, que también nos prestaran su apoyo y transigencia y no busquen los «tres pies al gato» intentando eliminar nuestras tradiciones.