La tan intensa y actual polémica sobre Piqué en la Selección Española de Fútbol podría reducirse a nimia anécdota en comparación con el gravísimo problema provocado a toda España por la ambición, la mendacidad y la traición de los catalanes independentistas. Sin embargo, es una anécdota tan significativa como desgraciada, porque no pocas veces este futbolista se ha manifestado como un independentista más. Ha optado por el referéndum ilegal y en consecuencia, por su popularidad, animado a otros a romper la unidad, la convivencia y la igualdad entre los españoles. Si Piqué pretende situarse fuera de la Constitución Española también ha de hacerlo fuera de la Selección Española. Es inadmisible que en el fútbol defienda la bandera de España y terminado el partido trate de patear cuanto significa esa bandera para la mayoría de españoles. En esta tesitura nacional tan difícil, él debería renunciar a la selección, a no ser que por algún oculto motivo esté esperando que le echen... Cosa que parece no va a ocurrir, porque así no lo quieren ciertos periodistas ni los federativos ni Lopetegui, que sólo interesado por la clasificación mundialista ha vuelto a seleccionarlo. Luego que nadie se extrañe, cuando sean los aficionados quienes traten de dirimir el «problema Piqué» en la Selección Española. Sus pitadas, protestas y abucheos van a decirle a Piqué que por encima de toda competición y títulos deportivos está España. Y todo atleta que quiera defenderla en el deporte ha de estar dispuesto al menos a respetar su historia, su territorio y sus valores.