Una vez más menciono situaciones que me resultan incomprensibles en relación con nuestros monumentos. Me re?ero otra vez al Patio de los Naranjos de nuestra Catedral.

El Patio de los Naranjos está ahora adornado no solo por los arcos tapiados que lucen feísimos parches de pintura hace años y años y años, sino por el adefesio que intenta ocultar de mala manera el tremendo error que ha sido retirar una de las preciosas celosías, destruyendo así el magni?co conjunto de las cuatro que han estado adomando la fachada del templo hasta este año.

Muchos meses después de este atentado, el hueco sigue tapado de manera chapucera con una cortina antiestética y delante hay una barrera no menos fea. ¿Para esto se quitó la celosía? ¿Para que tengamos que lamentar su ausencia y tener que soportar la visión de este verdadero bodrio que las autoridades religiosas aun no han sido capaces de remediar?

¿Cómo es posible que se den estas situaciones en uno de los monumentos mas visitados del país? Que por eso mismo debería estar super cuidado y atendido en todos sus aspectos. Pero qué importa que ante los ojos de innumerables visitantes presente estas garrafales muestras de descuido, desinterés e insensibilidad. ¿Hasta cuándo, señores responsables?