El género femenino parece estar abocado a la desigualdad de trato por la sociedad en todas las materias. Cuando tratamos de salarios los de ellas son menores. Si son puestos de dirección, ocupan muy pocos. Si hablamos de trabajadoras son muchas menos. Si lo hacemos de pensiones las tienen mucho menores que las de ellos... Aunque hay cosas en que ganan a los hombres, por ejemplo en todo lo malo: son muchas más las maltratadas y muertas que los varones, se acrecienta el número de las que tienen un contrato precario o las mujeres ganan en la cola del paro... Resumiendo, esto se traduce en que la separación por género se agranda en todo lo que les afecta para el presente y futuro. En la vejez las españolas también son más pobres que los hombres. Ellas cobran un 38% menos de pensión que ellos, pues por su condición femenina tienen carreras profesionales más cortas, suelen salir del mercado laboral antes o no han cotizado y son las mayores receptoras de los contratos a tiempo parcial que se hacen. Según un último informe, más de un millón y medio de mujeres reciben pensiones por debajo de 500 euros y más de 3 millones cobran menos de 700 euros, siendo en muchos casos el único sostén de su hogar, con hijos o nietos a su cargo en situación de paro. Las pensionistas están soportando diferencias no solo en cuanto al número que la reciben, sino también en cuanto al tipo y cuantía media de sus emolumentos. Es de urgencia vital disminuir esta grieta existente, siguiendo las recomendaciones del Parlamento Europeo de llevar a cabo ya, una estrategia para eliminar y prevenir la brecha de género en materia de pensiones, no esperando años como con los salarios.