En un bloque de la calle José María Valdenebro vive una de esas familias conocidas como «ocupas». Yo, que vivo en ese bloque, puedo afirmar que son verdaderamente insoportables, y conste que estoy de acuerdo en que todos necesitamos y tenemos derecho a un lugar digno donde vivir. Pero también que estamos obligados a respetar las mínimas reglas de educación y convivencia, y estos señores no lo hacen.

Desde su llegada ha sido para nosotros un tormento diario: música a todo volumen a cualquier hora del día o de la noche, frecuentes fiestas, peleas, voces, ruidos e impertinencias de todo tipo. Se ha llamado a la policía en muchas ocasiones, pero su efecto dura lo que dura su presencia, del Ayuntamiento estamos esperando respuesta. Pagamos nuestros impuestos para que, entre otras cosas, nos protejan y nos defiendan cuando necesitemos su ayuda. ¿El concejal de Asuntos Sociales soportaría el tormento que nosotros venimos aguantando desde noviembre de 2016? Mi madre tiene 87 años, como otros vecinos, que tienen derecho a una vida tranquila sin sobresaltos.

Mi ultimo recurso ha sido acudir al juzgado de guardia para poner una denuncia, porque ademas de lo expuesto, hemos sufrido agresiones verbales y físicas. Porque las leyes están hechas para todos y todos estamos obligados a respetarlas. No se puede ir por la vida campando a sus anchas sin que nadie le ponga coto a sus desmanes e incívicas conductas.