De las acciones más repugnantes en relación con el procés y con el creciente odio que divide a la sociedad catalana me parecen, si son ciertas, las humillaciones de profesores a escolares hijos de guardias civiles en un IES de Barcelona tras el 1-O. No tendría que haber llegado al juzgado: sus propios compañeros deberían haberlos descalificado.