Nació sensible acorde, y se emocionó con el eco que entonaba una caracola.

Nació temperamental ola, y se emocionó con el suspiro del viento en una arboleda.

Nació espina, y se emocionaba con la tersura del pétalo de la Rosa.

Nació veleta, y se emocionó con el danzar de los girasoles. Mantoncillo de flores nuevas. Recitan a la luna, los haces de tus zarcillos de filigrana. Bordón de agua, pinceladas carmesíes, afinan las pestañas que mecen la encalada calleja. Golondrina con jazmines en el pico, deseo en las entrañas del pozo, ausencia, la brisa añora el eco de las hojas de palmera, en la Plaza de San Agustín.