Después de observar detenidamente el contexto actual en el que hemos vivido los últimos meses y ver hacia dónde vamos o pretenden llevarnos, me preocupa lo que pueda suceder. El ataque constante de unos a otros nos lleva hacia una sociedad menos tolerante, más violenta e injusta para los que la vivimos y para nuevas generaciones. ¿De verdad le queremos dejar este panorama a nuestros hijos?

Me gustaría que empezáramos a ser más tolerantes con los ideales de los demás, no utilizar el odio y la venganza para atacar a quien no piensa como nosotros. Los insultos, vejaciones y burlas hacia el prójimo no tienen que ser tomados como ejemplo de buena actitud. Parece que la gran mayoría de los catalanes ya se han olvidado que Calaluña fue levantada por los catalanes y los inmigrantes de todas partes de España que vinieron aquí a trabajar y que continúan viniendo. Lo que ha hecho siempre que sea una comunidad plural, diversa y tomada como ejemplo en todo el mundo. Os invito a volver a la tranquilidad, a dejar de lado si somos de derechas o de izquierdas, independentistas o constitucionalistas. ¡Ante todos somos personas!. A todos los que lean esto y me van a criticar, les invito a reflexionar. Hagamos el amor y no la guerra.

«Con estas palabras no quiero que penséis que tengo miedo a nadie, continuaré luchando día a día por una sociedad más justa y mejor».